El Atlético Marte, un ex grande que está dando síntomas de querer volver a su esplendor, no soy ni fui testigo de sus mejores tiempos, pero que por comentarios de terceros y documentación superficial, sé que lo ha sido. Muestra de ello, sus ocho campeonatos de liga y su destacada participación en CONCACAF, esto en décadas atrás, no sé más detalles del asunto y tampoco pretendo ahondar en ello.
De lo
que sí estoy seguro, es que este Atlético Marte, en un entorno atípico, es en
la actualidad el mejor equipo salvadoreño, sus números lo respaldan: primer
lugar invicto, a un paso de semifinales, y con nueve puntos de diferencia
respecto a su perseguidor más cercano. Algo impensado para un equipo de los ahora
llamados “chicos”. Y es que al remontarnos un par de torneos atrás, o incluso
tomando de referencia el campeonato anterior, resultad inaudito lo que estamos
presenciando. Este Marte ha pasado de mediocre a excepcional, mediocre lo
digo sin el afán de ofender, basta recordar los torneos pasados en los que
jugando bien perdía los partidos y quedaba sin pasar de los puestos medios, un
equipo que era sinónimo de “puntos fáciles”.
Ahora
estoy seguro que muchos nos hemos tragado las palabras al ver jugar a este plantel,
en donde todos sin excepción parecen andar en estado de gracia, me gustaría
mencionar a la totalidad de jugadores, pero mis conocimientos tácticos y mi
visión del fútbol es un tanto limitada y sólo me permite resaltar el trabajo de
algunos de los más visibles, en este caso el primero es el portero Javier
Gómez, criticado en exceso en el pasado a causa de jugadas desafortunadas que
terminaron socavando su reputación. Este tipo es el primero que ahora merece
ser reconocido, pues a pesar de las críticas se mantuvo firme en su puesto y
ahora es el menos vencido del campeonato, algo también impensable pero
merecido, pues hasta el momento no le he visto fallo y por el contrario, sí un
par de atajas muy buenas y seguridad en el marco.
Otro que
destaca es Ibsen Castro, este jugador es imparable por la banda e impecable con
los centros, sin duda un gran prospecto. Erick Molina también tiene su parte en
este asunto, le ha dado estabilidad al equipo en el centro del campo. En
defensa Marcelo Tejeda pasó de no jugar un solo minuto con su ex equipo, a ser
ahora inamovible en el Marte. No se puede dejar de lado al argentino Gonzalo
Mazzia, goleador del torneo y una amenaza constante en el área. Y finalmente me
toca mencionar a Otoniel Salinas, que para ser sincero, hasta el día domingo no
le ponía atención (por lo mismo que soy miope en mi visión futbolística), pero
luego de ese gol maradoniano que le anotó al Águila, es para tenerlo en cuenta.
Como ya
dije, quisiera mencionar a todos, porque cada uno tiene su parte en este
equipo, equipo que el propio técnico Guillermo Rivera (también fundamental en
este éxito), dijo que era un “grupo de hombres y no figuritas”, y en efecto resulta
peculiar como se maneja este plantel, en donde ninguno se cree más que el otro
y todos jalan para el mismo lado. Ojalá los más “grandes” tomen ejemplo.
Este escrito
no es más que un pequeño reconocimiento al que se ha convertido hasta el
momento en el mejor animador del torneo, un torneo rascuache que necesita de
este tipo de animadores para no ser tan decepcionante. De verdad, espero que el
Marte no se pierdan en el camino, y que por el contrario sea el inicio de su
resurrección, después de todo, es “El Inmortal”.
(El post
también lo dedico a mi abuelo, que en vida fue aficionado a este equipo)